TOMAR UN OPORTO EN LISBOA
Lo encontraremos en la calle de San Pedro de Alcántara, concretamente en el Palacio de Ludovic. La primera impresión que nos llevaremos es que se trata de un sitio inaccesible para los mortales y hay que decidirse a pasar a dentro porque la sorpresa es mayúscula. Desde la plaza de los Restauradores se puede subir en el Elevador da Gloria gratuitamente con la tarjeta Sete Colinas.
Ojo porque cierra los domingos. Una vez dentro uno se siente como un marqués, digamos que como el marqués de Pombal, por ejemplo. Son pequeños lujos que en otros países serían inalcanzables y aquí podemos quedar como unos señores con los acompañantes y presumir de entendidos en lugares con encanto.