¿SABÍAS QUE HAY UNA LEVADA EN PORTUGAL CONTINENTAL? LEVADA DO PISCAREDO

Las levadas son conducciones de agua que sirven para el riego de fincas. En Madeira presumen de ellas y se han convertido en un gran atractivo turístico. En lugares como Andorra también tenemos ejemplos de estas rutas de senderismo que bordean los canales por donde el agua se acerca a los cultivos. Los caminos llevan desniveles suaves y son rutas que permiten disfrutar de la naturaleza. Eso sí, nunca son rutas circulares y siempre hay que ir y volver o bien conseguir un acercamiento con vehículo al punto de partida.



La levada de Piscaredo es uno de esos recursos turísticos desaprovechados y que deberían ser estelares para una región. Los habitantes de la zona llevan toda la vida viendo la infraestructura como algo útil y práctico para la vida cotidiana. Ahora le toca el turno al aprovechamiento para el ocio. De hecho, es la única levada en el Portugal continental y no tiene nada que envidiar a las de Madeira, aunque la flora sea diferente.

La levada de Piscaredo comienza en Mondim de Basto, a una hora de Oporto. La señalización no está cuidada y la ruta no se ve muy frecuentada. La extensión es de ocho kilómetros y se recorre cómodamente en menos de tres horas por sentido. No obstante, se recomienda utilizar un servicio de taxi que te acerque al final, de modo que se reduzca la duración a la mitad. El transporte te deja en un lugar llamado Mestras, desde el que te acercas al inicio descendente de la levada.

El problema es que cuando intentas iniciar el recorrido te encuentras con que la mayoría de habitantes de Mondim desconocen el punto de inicio de la ruta. Curiosamente muy poca gente de allí se ha molestado en pasear por esa zona. 

Aún con los inconvenientes que supone perder tiempo en localizar el sendero, acabamos detectando el inicio más que nada por intuición. Pues bien, tras unos centenares de metros arenosos llegaba la levada en sí, con un principio vertiginoso que se podía esquivar dando un rodeo. Luego hubo un pequeño tramo muy mono pero molesto por los ladridos de unos perros de una finca adyacente y cuyas cadenas llegaban casi hasta el camino. Posteriormente la ruta se cruza con una carretera y por eso recomiendo iniciar la ruta no en el punto oficial sino más bien en este otro (abrir el enlace para ver el mapa), donde incluso podremos aparcar y evitar las molestias iniciales.

Como en todas las levadas, conviene llevar calzado adecuado y unos bastones de apoyo para evitar resbalones. No nos vamos a cansar gran cosa y el sendero se considera fácil, pero hay que mantener el equilibrio en puntos estrechos y eso también hay que tenerlo en cuenta. No hay establecimientos hosteleros en el recorrido.

Se puede hacer el camino en bicicleta de montaña con ciertas precauciones, ya que tocará portear la bici en algún tramo. 

El mejor reportaje posible sobre esta levada lo ha hecho un bloguero portugués y se puede ver en este enlace.

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