DOS LUGARES QUE MOLAN Y DONDE PROBABLEMENTE SEAS EL ÚNICO TURISTA.
Como ya he comentado en más de una ocasión, este blog va dirigido a los enamorados de Portugal que repiten viaje en cuanto pueden. Si lo suyo es visitar los puntos turísticos de toda la vida, probablemente no le interesen estas propuestas.
Los pueblos de interior tienen que esforzarse para ofrecer a sus habitantes un buen lugar de esparcimiento y a veces se consiguen cosas muy hermosas.
La foto de arriba corresponde al santuario de Sameiro, ubicado en Penafiel y rodeado por un hermoso parque de recreo que goza de preciosas vistas. El edificio en sí no llega a los 200 años pero está muy logrado y el entorno invita a la relajación. Penafiel se encuentra al lado de la autopista A4 que une Oporto con Bragança y la frontera española de Zamora. Se trata hoy en día de una ciudad dormitorio pero con personalidad propia y muy buenos servicios. No vayas en tren porque la estación te queda muy lejos. Hay que ir por narices en coche. Luego puedes comer en el restaurante Esquilo, que no es fácil de encontrar pero sale muy bien de precio.
La foto corresponde ahora a un curioso lugar llamado parque de La Salette, que se halla en Oliveira de Azemeis. Toda vez que la población carece de cualquier encanto, a alguien se se ocurrió crear un parque maravilloso en lo alto de una colina, incluyendo un pequeño lago. Otro sitio para desconectar del mundo. Aquí también hay una iglesia muy cuca. Tienen un conjunto forestal muy currado con árboles bastante exclusivos.
Para acercarse a Oliveira de Azemeis hay varias opciones. Una es ir directamente por la IC2, o sea, la antigua carretera nacional 1 y que es la alternativa gratuita a la autopista Porto-Lisboa. En este tramo hay mucho tráfico y se ve un enorme desarrollo económico. Otra posibilidad es bajar desde Porto por la autopista de peaje A32 que termina justo antes de Oliveira de Azemeis. No estaremos lejos de Aveiro y Espinho.